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Activar o no los nutrientes

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activar los nutrientes  

¿Es necesario “activar” los nutrientes de los alimentos?

Nos podemos encontrar con un millón de artículos y recomendaciones respecto a la activación de los frutos secos, legumbres, o semillas. Lo cierto es que puede sonar un poco a pseudo-ciencia el término: “activar” un alimento. Antes de conocer más sobre el tema, incluso pensé que era un invento más del mundo fitness o de los gurús de alimentación.

Es cierto que la palabra activación no ayuda mucho, porque no es exactamente eso lo que pasa, y puede parecer como algún truco mágico. Vamos a verlo de una forma más sensata.

La situación real es que los frutos secos, las semillas, algunas verduras y las legumbres, contienen “antinutrientes” como el ácido fítico/fitatos, los oxalatos, y/o algunas enzimas específicas. Estas pueden impedir o inhibir la correcta absorción de los nutrientes que se encuentran dentro de estos alimentos de forma natural.

Estas sustancias que mencioné antes no van a causar ningún problema de salud, pero es cierto que no son “compatibles” con nuestro sistema digestivo y no somos capaces de absorberlos y/o digerirlos de manera efectiva. Los fitatos, por ejemplo, se suelen unir a otros minerales y nuestro cuerpo no los puede absorber. Con los oxalatos, que se encuentran en la espinaca, por mencionar uno de los alimentos más comunes, impiden la absorción eficiente de calcio que esta nos provee.

Entonces, ¿cómo podemos promover una correcta absorción y digestión?

Ya que estos alimentos son la base de un plan de alimentación saludable, lo ideal sería que pudiéramos aprovecharlos al máximo. Para poder hacer esto, existen distintas técnicas culinarias que nos facilitan la “activación” y con las que lograremos sacarles el máximo partido.

Algunas de estas técnicas, que no son nada complicadas, consisten en el remojo, el germinado y el tostado. Al remojar las legumbres, por ejemplo, estas se pueden digerir mejor y los minerales que contienen se hacen más disponibles para que nuestro cuerpo las pueda absorber de manera correcta. Se recomienda remojarlas al menos 30 minutos antes de cocinarlas pero tenerlas en agua durante toda la noche parece ser más beneficioso para conseguir digestiones menos “pesadas”.

Lo mismo podríamos implementar con los frutos secos. Remojarlos o tostarlos (que suele ser más apetitoso) hace que el ácido fítico se inhiba y podamos absorber/digerir mejor los nutrientes contenidos en estos.

También el germinado es una práctica que neutraliza el ácido fítico y otros inhibidores de enzimas y así se facilita no solo la absorción correcta sino que se promueve la producción de bacterias saludables que nos ayudan a presentar digestiones más ligeras y efectivas. Como pasaría de igual forma con los productos fermentados, por ejemplo.

 

activar los nutrientes

Vale, a germinar y remojar todo

Sí, está genial que podamos contar con estas técnicas de cocina que nos ayudan a cubrir nuestro aporte de nutrientes diarios. Sin embargo, tampoco pasa nada por comer frutos secos sin tostar de manera eventual.

Es cierto que así nuestras comidas tendrán un valor nutricional mayor, nos sentiremos bien con respecto a nuestras digestiones y promovemos una flora intestinal saludable con los germinados y fermentados, pero no  tenemos que obsesionarnos con su uso. Ya sabemos que existen y no pasa nada por comer algún fruto seco sin tostar de forma ocasional.