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Tres tips para vivir de un modo más sostenible

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Con frecuencia me preguntan cuáles podrían ser los tres tips principales para vivir de un modo más sostenible, y siempre tengo un poco de resistencia a responder esta pregunta porque no quiero caer en una sobresimplificación.

 

La sostenibilidad es un tema enorme y complejo, que pienso que siempre debe considerarse desde una perspectiva integral —con una mirada curiosa, que no tema a esa complejidad— así que la idea de dar respuestas tipo “deja de usar bolsas de plástico” me pone un poco los pelos de punta… porque sí, claro que dejar de usar bolsas de plástico es buena idea e implica una reducción en la contaminación que generamos, pero también es cierto que si solo nos quedamos hablando de las bolsas y de las botellas de plástico, tampoco vamos a llegar muy lejos con esta tarea de aprender a vivir de manera más equilibrada con el planeta. Nos vamos a quedar en la superficie.

 

Sin embargo, creo que sí es posible hablar de tres —no tan pequeñas— cosas que podemos hacer para vivir de manera más sostenible. No son maneras de hacer que puedas aplicar de un día para otro, ni algo que puedas comprar en una tienda especializada en productos “eco” (que por ahí hay bastantes cosas cuestionables, pero ese es tema para otro día), sino más bien planteamientos generales que sirven como punto de partida para desarrollar el tipo de actitudes que, creo yo, deberíamos cultivar para poder empezar a asumir la sostenibilidad como un estilo de vida, y no como una serie de instrucciones que se aplican solo de vez en cuando y únicamente cuando nos resultan cómodas y convenientes.

 

Así que entremos en materia con estas 3 sugerencias, sencillas pero nada insignificantes, que sirven como punto de partida para emprender el camino de una vida más sostenible.

 

 

  1. Aprende más sobre tu entorno

Y con esto no me refiero a que conozcas el nombre de las calles de tu barrio o que sepas en qué esquina queda el almacén más cercano (aunque eso no está nada mal), sino a que te permitas ver lo que va más allá de las personas, los muros y los coches.

 

Observa las aves que vuelan dentro de la ciudad y aprende sus nombres, lee sobre sus hábitos y descubre cómo se relacionan con los árboles que hay en la zona por la que sueles caminar, donde esas aves se posan. Mira con detenimiento las delicadas redes de vida que se crean en lugares que para nosotros se vuelven casi invisibles, como una grieta en una pared por la que caminan unas hormigas o un techo en el que interactúan unas palomas.

 

La naturaleza no solo está en la selva amazónica o en los arrecifes de coral: está en todo lo que te rodea; está, de hecho, en tu propio cuerpo. Aprender a aceptar y a admirar la naturaleza en todo su amplio rango de manifestaciones, en todo su esplendor, es un paso esencial para vivir de manera sostenible y esto es por una razón muy simple: cuidamos mucho mejor aquello que conocemos y aquello con lo que sentimos una conexión emocional.

Para llevarlo más allá y empezar a enamorarte incluso de los bichos más pequeños e “insignificantes”, te recomiendo el documental “Microcosmos” (Le peuple de l’herbe). Está disponible en Youtube y es una auténtica belleza.

 

  1. Empieza a cuestionar tus patrones de consumo

Los seres vivos necesitamos consumir cosas todo el tiempo: agua, aire, alimentos, etc. Pero los humanos hemos llevado ese consumo a niveles absolutamente desbordados: compramos cosas que no necesitamos, sin pensar de dónde vienen, cuál es su impacto en el entorno —¡ni en nuestra salud!— o a dónde van a parar cuando ya no las queremos tener más.

 

Ser un consumidor responsable no es un asunto que se logra de la noche a la mañana, pero tampoco es una meta estática a la que se llega y ya está. Es un proceso constante de aprendizaje, que empieza con el simple acto de hacernos preguntas: ¿Quiénes fabricaron el producto que estoy comprando? ¿En qué condiciones? ¿Qué impacto tuvo en el bienestar de los animales? ¿Es todo su packaging necesario? ¿Está diseñado para ser obsoleto en un corto período de tiempo? Y la más importante… ¿Realmente lo necesito?

 

Para explorar este tema más a fondo y en un formato entretenido, te recomiendo el documental “Minimalism”. Está disponible en Netflix.

 

  1. Pregúntate a dónde va a parar tu basura

La respuesta parece obvia, pues pensamos que va a parar al vertedero o a un proceso de reciclaje…  pero en el mundo de los residuos hay laberintos, marañas informativas y aguas turbias que a veces parecen imposibles de navegar.

 

La basura que generamos los humanos es un problema enorme, que no únicamente afecta la salud del medio ambiente, sino que tiene que ver también con economía y con justicia social. No es para nada un tema menor, así que empezar a preguntarnos a dónde van a parar los residuos que generamos es un excelente punto de partida para empezar a idear maneras de resolverlo… y así empezar a cambiar el tipo de huella que dejamos en el planeta. Cuando empezamos a descubrir lo que hay detrás de nuestra basura, empezamos a entender el por qué de comenzar a apostar por estilos de vida en los que hagamos un mejor uso de los recursos y en el que generemos menos residuos y desperdicio.

 

Si quieres ver lo que hay detrás de los residuos de plástico, te recomiendo el documental “Bag it” (se puede ver en Amazon o iTunes) y si quieres explorar el tema del desperdicio de alimentos, te recomiendo que veas “Just eat it” (está disponible en Vimeo on demand).

¿Te animas a lanzarte y tratar de incorporar estos 3 tips para vivir de un modo más sostenible?