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¿Cómo seguir comiendo bien durante las vacaciones?

Imagen de perfilMariona Unio
plato de verdes  

Ya queda poco para las vacaciones de Semana Santa y tanto si vas a ver a familiares y/o amigos como si te vas de viaje a algún lugar, es momento para parar y disfrutar.

Si acabas de empezar a hacer cambios en tu alimentación, o ya hace tiempo que los has hecho pero te da un poco de vértigo ir de hotel o ir a ver a la familia porque sales de tu rutina habitual, calma, no te angusties. En el post de hoy te propongo un ejercicio y te daré unos recursos para intentar ir con más tranquilidad. ¡Salir de tu día a día no tiene que llevarte a entrar en pánico!

Antes de nada, quiero recordarte algo que, aunque puede parecer una obviedad, se nos olvida a todos, me atrevería a decir, a diario.

 

  • Tu cuerpo es tuyo y de nadie más. Es tu casa, donde vas a vivir todas tus alegrías y todas tus penas. No tienes otro ni vas a tenerlo así que: ámalo, cuídalo y no lo menosprecies

 

  • La vida es para vivirla. La comida es esencial, nos nutre y nos hace disfrutar, pero no lo es todo. Hay muchas cosas importantes en la vida que necesitan de nuestra atención, vamos a intentar dar a cada cosa la importancia que necesita para poder vivir sin sufrir. Con esto no quiero decir que la comida no sea importante sino que no puede ser lo único importante.

 

Dicho esto, ¿qué podemos hacer durante estos días?

Vamos a empezar con un simple ejercicio de visualización.

 

  1. DESCRIBE:

Si ya has hecho cambios en tu alimentación, mira atentamente lo que estás haciendo. ¿Qué tomas entre comidas? ¿Qué cambios has introducido? ¿Comes más frutos secos? ¿Has dejado de comer procesados? ¿Comes más fruta y verdura? Escríbelo en un papel para que te quede claro. No sirve con solo pensarlo, tienes que escribirlo.

 

  1. ANALIZA:

Ahora que ya lo tienes, léetelo con toda la sinceridad del mundo. No te juzgues si has escrito algo que es más un deseo que una realidad (escribir lo que deseamos también nos ayuda a visualizar). Observa qué cambios son los que crees que te serán más complicados de mantener. Quizá ahora que lo tienes escrito puedes ver que con un poco de planificación, no será tan difícil.

 

  1. DECIDE:

Aquí es donde nos encontramos con las particularidad de cada uno. Cada persona es un mundo y no hay respuestas correctas o incorrectas. Reconocer antes de irte de vacaciones aquellas cosas qué podrás mantener y cuáles serán las que te costaran más, te dará tranquilidad mental y herramientas para afrontar estas situaciones sin ansiedad. Podrás decidir. Si lo que quieres es seguir comiendo fruta, pararás a comprarla antes de encontrarte en una situación en la que no haya. Si lo que quieres es comer más verduras, buscarás restaurantes en los que las haya…

 

RECURSOS BÁSICOS

  • Planifica: Si vas a estar en el aeropuerto durante varias horas o vas a hacer un viaje largo en coche, acuérdate de llevar ‘snacks’ saludables. Si eres vegana y sabes que llegarás tarde al hotel, casi seguro que no habrá opción vegana. Llévatela de casa. Un poco de planificación nos puede ayudar muchísimo en estos casos.

 

  • ¿Te lo comerías en casa? Muchas veces vamos de vacaciones y empezamos a comer cosas que en casa ni probaríamos. Si en casa no nos alimentamos con fast food, ¿vas a hacerlo en vacaciones? ¿No hay otras opciones? Si lo que quieres es comer rápido, trata de incorporar la opción de picnic. Es siempre económica y acostumbra a ser más saludable. Encuentra un parque, un río o una playa, haz el turista por el mercado más cercano y ¡disfruta del picnic que has preparado!

 

  • Di ‘NO’: Si vas a casa de familiares o amigos, siempre puedes decir “no”. Es tu decisión y no debes avergonzarte. Recuerda lo que decíamos al principio: es tu cuerpo, solo tienes uno y debes cuidarlo como tú quieras. No se trata de ser intransigente pero si algo no te apetece y sabes que te hará sentir mal, háblalo.

 

  • No te estreses: Dale la importancia que tiene. Si has comido algo que normalmente no comerías o has aceptado ir a un restaurante que no querías, no te castigues. Disfruta del momento y aprende para la próxima vez. Háblate a ti misma como le hablarías a una amiga. Te has equivocado, pues ya lo harás mejor en otra ocasión. Tranquila. No pasa nada.

 

¿Lista/o para disfrutar de las vacaciones alimentándote como deseas, sin entrar en pánico, sin padecer, decidiendo tú y por supuesto, dispuesta/o a disfrutar de esos días? ¡Vamos a ello!